.
.
Sitios como el Estadio Nacional fueron zonas obscuras del ser humano. Allí, funcionó, entre los meses de septiembre a diciembre de 1973, el Campo de Concentración más grande de nuestro país. Allí, aún, resuenan golpes, gritos, lágrimas y patadas.
Rescatar los lugares donde se atropellaron los derechos humanos tiene por finalidad que los horrores cometidos allí no vuelvan a emerger en nuestras vidas futuras.
Se trata de asumir las tragedias, miserias, violencias de la historia, nuestra historia con el objetivo de que éstas no se olviden, mejor dicho, que no se nos olviden.
Las tragedias, miserias, violencias que hemos vivido los chilenos en nuestra historia reciente sobrepasan todos los límites: y allí estamos los que nos proponemos rescatar esos sitios, atentos, trabajando. Trabajando en su rescate que implica recuerdo, enseñanza y estudio.
Por ello, rescatar, críticamente, es recordar, aprender, enseñar y estudiar; sin olvidarnos de nada. Se trata de un deber de todos los seres humanos que quieren construir una identidad que apueste al futuro, porque si no hay una elaboración y un recuerdo de este pasado, hay una cadena que se corta, lo que supone que no se pudo enhebrar una historia con sentido; por eso este Museo que hemos denominado “Estadio Nacional, Memoria Nacional” es imprescindible, como es imprescindible rescatar los centenares de centros de detención y tortura que funcionaron a lo largo del país; que aun esperan.
Por ello, decimos: No sólo recordar, sino aprender de la historia y enseñar.
Un sitio de memoria es un lugar al que acuden las personas a educarse en qué fallamos para llegar a algo tan horrible; un lugar en que la gente debe reflexionar sobre el pasado y pensar el futuro.
.
.
jueves, 31 de julio de 2008
miércoles, 30 de julio de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)